Para la sesión de hoy recuperamos una actividad que ya realizamos el año pasado (ver aquí). No obstante, el hecho de que los estudiantes tengan autonomía para incorporar variaciones durante la actividad, hace que nunca obtengamos los mismos resultados, sino que siempre estaremos jugando en la incertidumbre de la creatividad.
La actividad parte de las obras del artista Franz Erhard Walther, uno de los referentes del nuevo arte de los sesenta. (Para inspiraros y conocer más su obra clica aquí) ¿Cuál es el interés del artista? Desde 1963 la finalidad de la mayoría de sus obras reside en romper la autoridad de los artistas y la pasividad contemplativa del espectador. Ha definido su práctica como “el lugar del azar”, ya que el trabajo depende de la curiosidad de los espectadores y de su voluntad de participar. Este discurso sobre los intereses del artista nos sirve para definir nuestras prácticas como docentes del siglo XXI. ¿Como podemos trasladar este interés a la práctica de la educación física? Romper la autoridad de los maestros y la pasividad contemplativa de los alumnos. Vivir el espacio de juego como “el lugar del azar” , donde el aprendizaje depende de la curiosidad de los estudiantes y de su voluntad de participar.
A partir de este interés, con los estudiantes comentamos la obra Körpergewichte (1969) de Franz Erhard Walther. Aquí la podéis ver:
ILUSTRACIÓN. EXTRAÍDO DE: HTTP://WWW.SANTIAGO-SIERRA.COM/201117_1024.PHP
A partir de aquí les propongo utilizar unos rollos de plástico para convertirse en redes y jugar a la indiaca. A partir de la obra se crean unas condiciones de aprendizaje para que los estudiantes reinventen el aprendizaje del juego de la indiaca. Para dar respuesta a estos objetivos planteo romper con la idea de sujeto pasivo, experimentando el cuerpo como sujeto-objeto. En este caso, los propios estudiantes se convierten en objetos del juego, en este caso, en una red. Esto nos permite el cuerpo como un lugar de creatividad y experimentación. Las experiencias previas de los estudiantes hacía las indiacas y cualquier otro deporte con red eran las que habían vivido en la escuela. En estos casos, la red era un material estático. Lo que proponemos en esta práctica es romper con lo inmóvil para crear movimiento, dar vida al objeto. De esta forma, la acción del cuerpo-objeto consiste en ser “redes dinámicas” creadas con film de colores que se mueven para crear un espacio de juego cambiante. Los estudiantes estaban constantemente jugando un partido de indiaca en un espacio incierto y cambiante. En este caso, el cuerpo se entiende como lo que no sólo habita, sino que produce espacio (Thrift, 2000).
A partir de aquí, propongo a los estudiantes que por grupos planteen una variación de la actividad con la posibilidad de incorporar nuevos materiales. Es en este punto, donde damos la oportunidad al alumno de que sea el creador de sus condiciones de juego, cuando vemos que necesitamos muy poco para ser más creativos con aquellos modelos que tenemos integrados y que siempre tendimos a reproducir.
Un grupo decidió incorporar las palas y pelotas de espuma. La dinámica era la misma, con la diferencia de que la red se podía mover con las manos y también desplazarse en horizontal.
Otro grupo propuso que los responsables de llevar la red dijeran por donde debía pasar la pelota (por el centro de la red, por arriba o por debajo). Los cuatro jugadores debían coordinarse para que la pelota pasara por donde se indicaba.
Finalmente, otra variación fue jugar sentados y con los pies. En este caso, la red se movía con los pies y el partido se jugaba sentado utilizando palas o con la mano.
En esta sesión, los estudiantes pudieron aprender nuevas formas de iniciarse a un deporte con red como la indiaca, alejándose de las enseñanzas más convencionales que se ajustan a modelos de rendimiento donde la autonomía y la creatividad del alumno se limita.
REFERENCIAS:
Thrift, N. (2000). “Afterwords”. Environment and Planning D: Society and Space, 18,3, p. 213-255