Con los estudiantes conversamos entorno la obra Körpergewichte(1969) del artista Franz Erhard Walther, uno de los referentes del nuevo arte de los sesenta.
El principal interés del artista reside en romper la autoridad de los artistas y la pasividad contemplativa del espectador. Para ello propone una serie de materiales, entre los que destacan las telas, que convierten a los espectadores en una escultura.
No obstante, no nos interesa tanto la finalidad que tiene el artista con la obra, sinó cómo ésta nos ayuda a problematizar la educación física. Por ello, con l@s estudiantes empezamos a establecer relaciones entre la obra y la EF. La principal relación que establecieron los alumnos fue con los deportes de red, lo cual derivó a explicar sus experiéncias prácticas durante su escolarización. Con ello, derivamos a hablar sobre la interacción que tenemos alumnos-profesores con los objetos de EF (como pudimos ver en la sesión de HEAD-BASKET), en este caso las redes. Normalmente cuando planteamos un deporte con red, ésta suele ser inmóvil. ¿Qué posibilidades nos da convertir los objetos inmóviles en móviles en los deportes de red? Con ello, tenemos la oportunidad de romper con la autoridad del maestro-artista y la pasividad del alumno-espectador y crear espacios donde emerja la experiencia, la curiosidad, la participación, la creatividad y la reflexión.
Después de estas reflexiones, vamos con los alumnos al gimnasio y con los alumnos conformamos dos grupos. A partir de lo que hemos comentado en clase, cada alumno debe preparar una actividad para el otro grupo. Les doy la opción de coger cualquier material, junto también a unos rollos de plástico grande para envalar. Salen propuestas muy interesantes donde se evidencia de forma práctica aquellas reflexiones que hicimos en clase.
El primer grupo, decide coger el objeto de la porteria y con el rollo de plástico transformarse en porterias móviles (formadas por los propios alumnos). Los otros alumnos se colocaban en parejas. Cada pareja estaba atada por la mano y más tarde por los pies. Con una pelota de espuma tenían que hacer “gol” en las porterías móviles con la mano atada. Más tarde, se incorporaron algunas variables en el juego.
El segundo grupo decidió hacer una adaptación de un circuito llamado “Sushi Roll”. Con el plástico dispuesto en el suelo, tres alumnos tenían que enrollarse, de tal forma que formaban un grupo de tres (como si fueran un sushi). Debían completar un circuito juntos, en grupos de tres, superando algunas pruebas. Según los alumn@s, el trasfondo era dar fuera a la participación activa del alumno, como quería transmitir el artista en su obra, en contraposición a los circuitos que siempre se realizan de forma individual.