"Cualquiera que haya practicado la meditación sabe qué difícil es hacer callar nuestra "conversación mental" para conectarnos con nuestra mente más profunda, sabia e intuitiva." Shakti Gawain
Hoy hemos compartido un espacio de mindfulness con estudiantes de 3ro de Primaria en la Florida Universitaria (Valencia). Estudiantes dispuestos a aprender, con la mente abierta y con ganas de conectarse con ellos mismos.
En un principio hemos iniciado la clase en una aula, haciendo ejercicios introductorios como los que podéis encontrar en este post. Ellos mismos han manifestado como al llegar a clase su mente estaba «dispersa», «hecha un lío» o «como un torbellino». Por ello, justifican el las dificultades que tenían a la hora de hacer ejercicios de atención y concentración en nuestra respiración. Según ellos, constantemente les legaban pensamientos que hacían referencia a su pasado, pero sobretodo PREocupaciones hacia un futuro que no sabemos como será y que, en consecuencia, no podemos programar.
Después hemos ido al parque que tenemos al frente de nuestra universidad. «¿Pero podemos hacer mindfulness en el exterior?», preguntaban. Deberíamos poder meditar en medio de la ciudad. No hoy un espacio concreto para el mindfulness o la meditación.
Una vez al parque, hemos realizado un variación de los ejercicios propios del mindfulness en movimiento: realizar un paseo en silencio y cogidos de la mano, prestando atención a nuestro cuerpo pero también a todo aquello que nos rodea, a aquellos elementos que pasamos cada día pero que no prestamos atención, alzando la cabeza, mirar a los lados, salir de una mirada centrada únicamente al frente o al suelo. En un principio, los estudiantes han tenido dificultades para estar en silencio, pero poco a poco creo que lo hemos logrado.
Para finalizar hemos realizado un Body Scan (escaneo corporal) tumbados en el suelo, realizando una introspección a nuestro cuerpo. También hemos prestado atención plena a los objetos exteriores del mundo sensorial: todo aquello que escuchamos (pájaros, niños, agua, excavadora…), a aquello que olemos, a lo que vemos aunque tengamos los ojos cerrados y a nuestro gusto. Todo ello siempre acompañado de una respiración consciente.
Para finalizar me quedo con una de las frases que ha dicho una alumna al finalizar la sesión: » Creo que he oido la hierba moverse…»